Hace poco escuché en un podcast donde hablan de mejora de salud y vida, que le dedicaban un capítulo a un tipo, Joe Dispenza, que ha escrito varios libros (best seller por cierto) sobre la mente y curaciones sobrenaturales. Quizá lo hayas oído nombrar en alguna ocasión porque es bastante famoso en el mundo de la pseudociencia.
Este personaje, por llamarlo de alguna manera, en sus libros presume de haber curado y mejorado la salud de cientos sino miles de personas con el mero hecho de asegurar que todo se reduce a campos de energía y que nuestros pensamientos alteran la realidad y cosas parecidas carentes de cualquier evidencia científica. Todo esto tras haber tenido un accidente que casi le lleva a la muerte a las 24 años1.
Se ayuda de relatos surrealistas donde mezcla genética, biología, física cuántica —disciplina que ni los auténticos expertos, los físicos cuánticos, conocen en profundidad—, meditación y neurociencia sin ningún tipo de sentido. He leído alguno de sus libros y puedo dar fe de ello2. Se hace llamar doctor cuando parece ser que en ninguna universidad tienen rastro de él.
En el artículo de esta semana quiero hablar de este tipo creencias, de la gente que las sigue y de porqué lo hacemos aunque se sabe que no tienen ningún respaldo científico.
Desarrollar el pensamiento crítico
El objetivo es aprender a no creernos lo primero que leemos o que nos cuentan sin al menos contrastar si es cierto o no. Menos aún a través de las redes sociales. Debemos ser capaces de discernir la información y de desarrollar un pensamiento crítico.
El desarrollo personal ha tenido y tiene en muchas ocasiones connotaciones exitocéntricas como se dice en un artículo que leí mientras preparaba este artículo3. Eso ocurre porque los mensajes que nos dan sobre qué es el desarrollo personal, la productividad y el éxito son erróneos y se basan en inducirnos a ser nuestra mejor versión a toda costa y en cada momento.
Por eso, intentar implementar todos esos hábitos que nos recomiendan (os recomiendo) por obligación es un error. Puede llevarte a una frustración y a generar un estrés que es precisamente lo que queremos evitar.
No hay que hacerlo todo. No tienes que intentarlo todo. Es mucho más fácil.
No tienes que levantarte a las cinco de la mañana si no quieres, no tienes que llevar un diario si no quieres o no lo necesitas, no tienes que aplicar GTD® para organizar tus tareas si te resulta inútil. No tienes que meditar todos los días si no va contigo. Si ya te sientes bien, estás contento con cómo eres y cómo trabajas sigue haciéndolo así.
No necesitas (siempre) a un gurú
¿Qué significa ser mejor? Depende. Significará cosas diferentes según el contexto en el que te encuentres. Para mi, la finalidad de ser mejor es sentirme bien conmigo mismo de una manera general. Y esto se puede trabajar. ¿Te sientes cansada o cansado todo el día? ¿Tienes más tareas de las que puedes asumir? ¿Sientes que no llegas a todo? ¿Sientes que tu vida no tiene sentido? ¿Tienes esa sensación de agobio todo el día? Todo, con el enfoque adecuado puede mejorar.
Somos muchos los que queremos seguir mejorando, pero no por éxito sino por crecimiento personal. Y para eso hay herramientas que se han demostrado que funcionan. A mi me han funcionado. ¿Qué hay de malo en querer crecer y desarrollarte como persona? De hecho es algo que hacemos desde que nacemos. Nos educan para ser buenas personas, para intentar mejorar cada día, para aprender…
Podemos aprender a organizarnos mejor, a pensar de otra manera, a encontrar esa energía que hemos perdido e incluso a motivarnos. Podemos aprender a gestionar mejor nuestro estrés, a mantener relaciones sociales más placenteras, a estar más felices, a gestionar adecuadamente lo que nos ocurre, en definitiva, a desarrollarnos.
También es cierto que no siempre vamos a ser nuestra mejor versión. Habrá días de mierda que son necesarios e inevitables y el auténtico desarrollo personal es aprender a no generalizar con esos días e incluso a se capaces de reconocer que están ahí para vivirlos. Y allí es donde intervienen estos falsos gurús. Se nutren de la desconfianza y, en la mayoría de los casos, del desconocimiento.
Elige bien a quién sigues
Elegir tu propio gurú puede resultar difícil. Es un trabajo de autoconocimiento, cultura, estudio, experimentación y confianza. Ahí fuera hay cientos de personas con ganas de enganchar a alguien vulnerable como podemos ser cualquiera de nosotros en algún momento. Es nuestra obligación estar preparados para que no nos engañen. En esto tiene mucho que ver las redes sociales. Ya sabemos la inmediatez con que alguien puede lanzar un reel o un video con pesudoterapias que prometen de manera milagrosa curar o aliviar ciertos síntomas o enfermedades. El gobierno español identificó hasta 73 de estas pseudoterapias. Te recomiendo que revises la lista4.
Falsos iluminados, mercantilismo abrumador de lo espiritual.
Me resulta decepcionante como algunas personas se aferran a este tipo de prácticas como si les fuese la vida en ello y creen fervientemente en sus beneficios aunque nunca los hayan podido siquiera sentir en sus propias carnes. Aquí entra otro ingrediente en juego: la psicología y el efecto placebo.
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El efecto psicológico
El efecto placebo, como la mayoría ya conoceréis, es el efecto (positivo o negativo) que produce una sustancia en el cuerpo humano aún cuando esta no está compuesta por ningún tipo de principio activo o elemento que lo pueda producir5. Pongamos como ejemplo la homeopatía, de la cual hablaré profundamente en otro artículo. En los remedios homeopáticos, por su formulación, no existe ningún tipo de molécula asociada a algún tipo de efecto terapéutico, es decir, es azúcar. En este caso, algunas personas refieren mejoras temporales, más o menos sustanciales, en alguna dolencia por el simple hecho de tomarlas. Esto no quiere decir que la homeopatía funcione sino que el simple hecho de tomarlas tiene ese efecto psicológico. ¿Te has dado cuenta porque a los animales no se les trata con remedios homeopáticos? Obvio, en ellos no existe este efecto.
Os voy a poner otro ejemplo: la meditación. En este caso siempre se le ha dado un aire místico y de gente extraña. Pues bien, al fin, la ciencia ha demostrado que tiene beneficios probados para nuestra salud mental6. Esta es la gran diferencia, la ciencia no descarta nada, lo comprueba y y lo abraza. Es decir, evoluciona.
Mas allá de los efectos psicológicos de creer en energías producidas por la mente que puedan curarte, remedios absolutamente estrambóticos y sin fundamento, estamos nosotros, los que creemos en ello. Por eso, insisto, debemos aprender a desarrollar ese pensamiento crítico que tanto defiendo, no solo para este tema sino para la vida, para no ser presas de estos gurús. Debemos ser capaces de leer, estar informados, y contrastar.
Sé que muchas gente cree en ello y está bien, si te sientes bien así, te ayuda de la manera que sea, adelante. Pero solo te pido una cosa, no pongas tu salud en peligro por seguir alguna de estas prácticas. Acude a los verdaderos profesionales, ellos tienen las herramientas probadas y necesarias para ayudarnos a todos.
Este es un tema que como persona que ama la ciencia me preocupa. Por eso os iré hablando individualmente de alguna de estas pseudoterapias para que podáis extraer vuestras propias conclusiones. Porque yo no tengo la verdad absoluta, solo la ciencia puede demostrarlo.
Un fuerte abrazo.
Carlos.
PD: Quiero aprovechar este momento para mandar un abrazo especialmente fuerte a todas aquellas personas que se han visto afectadas por lo ocurrido en Valencia (España) y que siguen, después de dos semanas, luchando por recuperar su vida. Sin duda alguna, son los que mas lo necesitan. Toda la ayuda es poca. Deja a un lado las confrontaciones a las que entre unos y otros nos quieren hacer partícipes. Es el momento de practicar ese pensamiento crítico y no dejarse llevar por cualquier tipo de información, venga de donde venga. Lo importante son las gentes que necesitan toda nuestra ayuda.
REFLEXIONAR
«¿Estás creyendo lo que te dicen o lees solo porque esta alineado con lo que tu piensas?»
PROFUNDIZAR
Kahneman, Daniel (2011), Pensar rápido, pensar despacio. Debate.
POR SI TE LO PERDISTE
MICROHÁBITO DE LA SEMANA
Cada vez que te llegue una opinión, un mensaje o algún consejo, antes de decidir si te vale, haz el ejercicio de contrastar. ¿Quién lo dice?, ¿Qué bagaje tiene? ¿Es cierto o no? ¿De donde ha sacado esa información? ¿Está demostrado?
PARA ESCUCHAR
Algo inspirador para hoy.
El Metodo Slow es una newsletter sencilla para leer tranquilamente. Sin agobios, sin prisa.
Escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida.
Pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor.
Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Para eso cada texto está escrito intentando condensar el mensaje en pocas líneas.
Pequeños conceptos pero muy valiosos.
Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré al final de cada publicación teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada. Cero ruido. Menos es más.
Este patrón es común en este tipo de autores. Un accidente o algún hecho extraordinario les confieren la sabiduría o el poder para manejar la mente o les confieren conocimientos extraordinarios. a par ti de allí, comienzan a estudiarlos y crean sus propias teorías.
Como por ejemplo Dispenza, Joe (2012), Deja de ser tú. Urano. En ningún caso estoy recomendando ni este ni cualquier otro libro pseudocientífico, pero sí que animo a leerlos o al menos consultarlos para poder dar una opinión con rigor acerca de estos libros, como debería ser con cualquier tema. Aunque, sinceramente, si puedes dedicar tu tiempo a otro tipo de lecturas que aporten algo a tu vida mucho mejor. Por eso he decidido escribir este artículo, para evitar que pierdas el tiempo.
En la lista de pseudoterapias aparece la meditación. Eso indica cierta ignorancia porque la meditación no es ninguna terapia. Como tampoco lo es el Kundalini yoga. No son terapias y por tanto no tiene ningún sentido q estén en esa clasificación. Ha muchísimos estudios sobre los efectos de la meditación en individuos sanos
Conozco bien a Joe Dispenza y tengo un par de libros suyos que al final no me los he leído porque no confío en lo que cuenta. Yo soy muy estricto y tengo mucho rigor científico. Creo en los buenos gurús, que en sánscrito significa maestro. Yo los tengo y lo primero que te dicen es que si tienes un problema vayas al médico o al psicólogo. Dicho esto también opino que hay ciertos temas en los que la ciencia ha entrado poco y como científicos tenemos que estar abiertos a nuevas ideas o descubrimientos y yo veo también mucho dogmatismo en los científicos. Pseudociencias no pero dogmatismo científico tampoco. Un ejemplo son las experiencias cercanas a la muerte. Muchas no me las creo pero otras sí y hay datos que infieren que ni mucho menos son alucinaciones de la mente. Hoy justo comienzo mis clases con mi maestro de Vedanta. Tengo un máestro de yoga y meditación y otro de PNL. En la espiritualidad es donde más he aprendido de la vida sin duda y eso es compatible con tener pensamiento crítico. Feliz semana Carlos!