Teoría del aburrimiento: Puede que no sea tan malo como parece
Un arte que puede resultar altamente productiva.
¿Hace cuánto tiempo que no te aburres?
Los días pasan rápido y parece que siempre debemos estar ocupados. Cuando tenemos algo de tiempo libre nos ocupamos en llenarlo con algo. No nos permitimos aburrirnos ni un solo segundo. Y eso, amigo, amiga, puede que sea un error.

Siempre se ha considerado —hemos considerado— el aburrimiento como algo negativo, y que había que acabar con esa emoción rápidamente desviando la atención hacia alguna cosa interesante. Estar aburrido parecía ser símbolo de apatía, desgana, e incluso algunos estudios como este1 parecen relacionar el aburrimiento en adolescentes de edad temprana con un aumento en la depresión y en conductas delictivas, aunque siempre influenciado por factores vitales individuales de cada persona, como la calidad de sus relaciones y el contexto urbano o rural de cada estudiante analizado.
Mis hijos a veces me dicen: «Me aburro». Y yo no lo entendía. Tienen infinidad de cosas para hacer: juegos, juguetes, un jardín para jugar, un hermano al que sacar de quicio… lo tienen todo para no aburrirse. Les decía que jugaran a una de las millones de posibilidades que tienen, o que leyeran. Pero desde hace un tiempo les digo que muy bien, que se aburran. Que estén un rato aburridos. Y noto que es muy positivo. No tardan nada en encontrar algo motivador que hacer: una manualidad, jugar con sus bloques de construcción, montar un partido con sus cromos, chinchar a su hermano, jugar al fútbol, coger un libro…
Todo esto viene apoyado por alguno de los estudios que se han realizado al respecto, como este2, en el que la conclusión es clara:
El aburrimiento impulsa a la mente a buscar la novedad o un cambio, lo que puede derivar en un aumento en la creatividad.
En el estudio titulado Why boredom might not be a bad thing after all (Por qué el aburrimiento podría no ser malo después de todo), se presentan tres estudios. En el primero, el Estudio 1, se quiso comprobar si el aburrimiento favorecía la creatividad y mejoraba el desempeño en una actividad posterior. Para ello, los participantes se dividieron en dos grupos: a uno de ellos se le pidió que clasificara frijoles de colores con una mano durante treinta minutos, para inducir el aburrimiento. Al otro (grupo de control), se le pidió que realizara una tarea más visual, como usar esos mismos frijoles, pegamento y papel para hacer una figura decorativa.
Tras ese tiempo, se pidió a los participantes que escribieran tantas excusas como les fuese posible para justificar por qué habían llegado tarde a una reunión de trabajo. El resultado fue curioso: el grupo —llamémoslo aburrido— produjo más excusas y de mayor originalidad, y el segundo grupo tuvo un desempeño bastante inferior. Las conclusiones fueron claras: la experiencia del aburrimiento no solo no perjudicó a la creatividad, sino que la estimuló de una manera clara tras la fase de aburrimiento.
Esto viene a reforzar lo que yo ya había visto con mis hijos. No necesité un estudio científico para comprobarlo, pero todos los que lo hemos vivido alguna vez, hemos podido comprobar que un período de inactividad, aburrimiento y falta de estímulos puede favorecer nuestro desempeño personal, en términos no solo de creatividad, sino de lucidez mental para afrontar retos o problemas diversos.
Por eso, uno de los hábitos que he incluido en mi vida diaria es intentar estar todos los días unos minutos sin hacer nada, estando conmigo mismo, para poder no solo relajar mi mente de todo estímulo, sino también para favorecer esa creatividad y productividad personal.
Cómo utilizar el aburrimiento para ser más productivos
Puedes utilizar tu aburrimiento como señal para replantear el enfoque de ese momento o la actividad que estás desarrollando.
Puedes programar una sesión de aburrimiento. Parece algo ilógico, pero puede favorecer la generación de ideas o el reenfoque sobre un tema que tienes atascado. Por ejemplo, sal a pasear sin música ni estímulos. Aunque no sea una actividad aburrida de por sí (aunque para algunos lo sea), puede inducir ese estado de latencia que necesitamos.
Utiliza ese momento de aburrimiento para practicar la atención plena (mindfulness), conocerte, volver al presente, respirar y continuar. Lo recomiendo.
En general, si estás pasando por una época en la que te sientes más aburrido o aburrida de lo normal, puede servirte de gatillo para activar ese cambio que necesitas y rediseñar tu vida.
Hemos visto que aburrirse no es algo tan malo. Hasta puede que sea esa oportunidad que estamos buscando.
Abúrrete más.
Un abrazo,
Carlos.
REFLEXIONAR
«El aburrimiento siempre precede a un período de gran creatividad».
— Robert M. Pirsig, filósofo y autor de Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta.
POR SI TE LO PERDISTE
La nueva productividad: El arte de trabajar a un ritmo natural
Esta publicación forma parte de la biblioteca de El Método Slow. Puedes consultar todos los libros aquí.
MICRO-HÁBITO DE LA SEMANA
Esta semana el micro-hábito es intentar aburrirte al menos tres veces durante estos siete días. Si lo consigues escríbeme y me lo cuentas.
PARA ESCUCHAR
Nada. Hemos dicho que esta semana nos vamos a aburrir por lo que no vamos a escuchas nada. ¿Lo conseguirás?
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El Metodo Slow es una ‘newsletter’ sencilla para leer tranquilamente. Está escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida. Son pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor. Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Pequeños conceptos pero muy valiosos. Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada.
Cero ruido.
Menos es más.
Spaeth, M., Weichold, K., & Silbereisen, R. K. (2015). The development of leisure boredom in early adolescence: Predictors and longitudinal associations with delinquency and depression. Developmental Psychology, 51(10), 1380–1394. https://doi.org/10.1037/dev0000046
Park, G., Oh, H. S., & Lim, B. C. (2019). Why boredom might not be a bad thing after all. Academy of Management Discoveries, 5(1), 90–112. https://doi.org/10.5465/amd.2017.0004
Exacto, aburrirse no es un fallo, es espacio. Y si nunca te aburres nunca dejas que aparezca algo nuevo. A mí también me pasa que cuando bajo el ritmo y me permito ese 'vacío', surgen ideas que cuando estás en medio de esa vorágine de la prisa ni se asoman.
Genial aportación!
He aquí un experto de llenarse de ideas, proyectos, planificación … en definitiva, “ruido y preocupación mental”, camuflada bajo capas de “falsa productividad”.
Creo que la clave es “prepararse para aburrirse” y tener un ritual para ir desconectando poco a poco para decir: “eah ya estoy aquí: nada que te hacer, nada que arreglar, a ningún lugar al que ir”.
Porque, yo que me considero un Fórmula 1 de no estar quieto, no puedo bajar de 300 km/h y entrar en boxes si no voy reduciendo velocidad poco a poco.
Ahora, cómo lo llevo esto a mi práctica diaria. De momento, hoy me meteré en mi cubo de agua donde puedo estar sentado. Primer experimento para aburrirme con calidad.