Lo que he aprendido teletrabajando durante 500 días.
Cómo nos ha cambiado la vida desde la pandemia.
El 14 de marzo de 2020 nos mandaron a casa a causa de la pandemia del COVID-19. Desde entonces el teletrabajo se volvió habitual en muchas empresas. La semana pasada cumplí 500 días teletrabajando (Sí, los he anotado todos). Al principio de manera total y poco a poco hemos ido volviendo a la oficina de manera paulatina hasta que nos hemos habituado a un par de días a la semana trabajando desde casa.

En esos primeros días de la primavera de 2020, ser productivo y eficiente, teletrabajando, con los niños en casa y teniendo que atender a tus obligaciones y hacer de profesores a la vez no fue nada fácil. Echando la vista atrás puedo decir que gracias a que ya tenía un buen método de organización personal pude sacar adelante todo mi trabajo de una manera mas o menos decente. De lo que podemos concluir que si tienes un buen método o una forma de hacer las cosas que funciona, no importan las circunstancias o los cambios que pueda requerir tu trabajo o tus obligaciones, siempre serás capaz de adaptarte a las circunstancias sin perder ese foco tan necesario.
Teletrabajar no ha supuesto un cambio en mi forma de organizarme ni ha supuesto una mayor o menor productividad en mi vida. Mi nivel, afortunadamente creo que poco a poco va aumentando. En parte por la experiencia y en parte por la mejora continua. Lo que si que ha supuesto es una nueva realidad laboral no para mí sino para muchas personas. El estar ya en casa requiere menos gasto de tiempo y dinero por los desplazamientos. Permite también, en la mayoría de los casos, poder trabajar con menos interrupciones y por tanto disponer de la oportunidad de concentrarnos mucho mejor. Aunque también, estando en casa, las tentaciones de desconectar son más. Por eso, aunque la tranquilidad de tu casa puede darte ese plus de comodidad, también puede ser una trampa mortal para tu productividad si eres de los que se levantan cada dos por tres a la nevera. Tu casa no es tu oficina en la que todo está enfocado a tu trabajo, tu casa es una fuente continua de distracciones. Por eso, el tener espacios bien definidos para tu trabajo en casa es muy importante para mantener el nivel de atención que requiere tu trabajo.
El peligro de sobretrabajar
Una de las situaciones que se nos han presentado al teletrabajar es el hecho de que, en la mayoría de las ocasiones hemos trabajado más horas de las habituales solo por que estamos en casa. Es muy común que teletrabajando se trabaje hasta más tarde que si lo hicieses en la oficina. Al estar en la oficina estás esperando la hora de salida para volver a tu casa, cosa que teletrabajando no ocurre y esos diez minutillos más porque quiero dejar esto terminado se pueden convertir en una hora. No esta mal si realmente lo necesitas pero convertir esto en un hábito puede convertirse en un problema. Tienes que ser capaz de sacar tu trabajo adelante dentro de tu horario laboral sino algo falla. No tiene mucho sentido que los trabajadores del conocimiento trabajen con horarios fijos, ya que no por trabajar más horas se es más productivo. Soy más partidario del trabajo por objetivos. Es decir, yo tengo unas responsabilidades que cumplir, determinadas por quien sea y depende de mi sacarlas adelante en el tiempo que necesite, sean cuatro o diez horas.
Este hecho es una de las causas por las que el teletrabajo en la pandemia se volvió una fuente más de estrés a nuestra rutina diaria. No sólo teníamos que adaptarnos al trabajo en casa sino que tuvimos que sufrir, como dice Cal Newport1, daños colaterales. Tuvimos que aprender a marchas forzadas nuevas herramientas informáticas para poder conectarnos con nuestros compañeros, nuevas formas de sacar las cuestiones que antes resolvíamos en nuestra oficina de manera más rápida o efectiva, tuvimos que cambiar nuestra forma de comunicarnos con nuestros compañeros. Antes, si necesitábamos consultar algo con un compañero o compañera, nos costaba un minuto el levantarnos y acercarnos a su sitio. Ahora debíamos contactarle y convocar una reunión virtual. Además, aumentaron las comunicaciones mediante correo electrónico. Todo eso hacía que el tiempo disponible para dedicarnos a nuestro trabajo, el que importa, se redujese y eso repercutía en nuestra productividad.
En este momento, y después de cinco años, nos hemos acostumbrado a esta nueva realidad y ya hemos interiorizado esta nueva normalidad. Si has sido avispado, habrás podido adaptarte y si no lo estarás pagando caro. Un precio, tu tiempo, que no tiene recompensa de vuelta.
El beneficio de conciliar
Además de la posibilidad de trabajar más relajado, concentrado y el menor gasto en general, como he comentado antes, está la posibilidad de la conciliación. Si duda una de las grandes ventajas que me ha proporcionado el teletrabajo. El poder levantar a tu hijos y llevarlos al colegio y después poder ir a recogerlos es algo impagable. El poder pasar ese tiempo extra con ellos es una de las grandes ventajas. Además del hecho de poder estar en casa por si se ponen enfermos o por si tienes que acudir a una cita con ellos.
Y no solo eso, el tiempo que dedicas al trayecto de ir y venir al trabajo. En mi caso , tengo la fortuna de que sólo tardo nueve minutos en coche hasta mi lugar de trabajo pero es una gran ventaja para gente de grandes ciudades que debe recorrer distancias muy superiores.
A pesar de todo me gusta ir a la oficina. En principio, no teletrabajaría todos los días (a menos que fuese necesario). Ese trato humano con los compañeros es imprescindible. Y el hecho de salir de casa ya te predispone al trabajo de una manera más fácil que estando en casa.
Cada uno de los que tenemos la posibilidad de teletrabajar hemos podido comprobar los beneficios y desventajas de esta nueva forma de labor. Nos hemos adaptado y hemos establecido nuevas rutinas. Hemos lidiado con nuevos problemas y hemos encontrado nuevas soluciones. Y así es como se evoluciona. Encontrando lo bueno y lo útil en casa caso.
Para finalizar te dejo dos pequeños hábitos para que tu teletrabajo sea más productivo:
Crea un espacio de trabajo y trabaja siempre en él. Nada de trabajar un día en la cocina, otro en el salón, ahora me salgo a la terraza. Un día está bien pero por norma, tómalo como tu espacio de oficina en casa. Adecúalo con todo lo necesario para estar a gusto y siempre trabaja en el mismo sitio.
Vístete como si fueses a la oficina. Es importante crear esas sensación de que estás trabajando y no estás en casa. El pijama y la productividad se repelen. Vístete, aséate, coge tu café si lo tomas y siéntate como si estuvieses en la oficina.
Un abrazo.
Carlos.
REFLEXIONAR
«…el hombre feliz es el que labra una buena fortuna; y una buena fortuna no consiste en otra cosa que en la buenas inclinaciones del alma, los buenos deseos y las buenas acciones».
- Marco Aurelio, Meditaciones.
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Sin duda, una de las mejores bandas de la historia.
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El Metodo Slow es una publicación sencilla para leer tranquilamente. Está escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida. Son pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor. Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Pequeños conceptos pero muy valiosos. Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada.
Cero ruido.
Menos es más.
Cal Newport llama, en su libro Slow Productivty, daños colaterales a tareas que aumentan tu carga mental como son correos electrónicos, reuniones u otras tareas que se incrementan al aumentar tu lista de tareas pendientes o al incluir nuevas responsabilidades a tu trabajo.