La diferencia entre empezar por la tarea más fácil o la más difícil
Lo que siempre has oído que se debe hacer frente a lo que no.
Esta publicación forma parte de la 🎓 Escuela de productividad, donde podrás encontrar material y recursos para mejorar tu productividad y organización personales, retomar el control y reducir tu estrés.
Elegir la primera tarea a realizar de tu lista de acciones siguientes puede llegar a provocar dolor de cabeza. ¿Empezar con la tarea más difícil o empezar por la más fácil? Si te ha ocurrido alguna vez y no has sabido qué hacer, te explico la diferencia entre una decisión y otra.

Tienes tu lista de acciones siguientes perfectamente actualizada y ya has decidido qué tareas puedes hacer ahora según tu tiempo disponible, tu nivel de energía o el contexto en el que estás. Si sigues la metodología GTD® no resultará difícil. Y además, como hago yo, si has elegido las tres cosas más importantes que quieres hacer hoy (MIT, Most Important Task), no será difícil.
La decisión diaria
Las jornadas son cambiantes, entornos VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) lo llaman, pero si ya tienes tu camino definido y sabes todo lo que tienes que hacer, cambiar tu rumbo no debería suponer un gran esfuerzo. La adaptación debe ser tu aliada. Comienza el día y ya has elegido las dos o tres principales tareas que puedes hacer ahora. Ahora bien, ¿por dónde empiezo? ¿Qué es lo mejor que puedo hacer ahora mismo? Puedes seguir dos caminos:
Empezar por la tarea más difícil
Esto es lo que habrás oído siempre: Empezar por la tarea más difícil es más productivo, ya que a primera hora dispones de más energía para afrontar este tipo de tareas. En el colegio siempre escuchaba que al estudiar se debía empezar por la materia más difícil y dejar para después lo que requiere menos concentración. Es un buen método y tiene todo el sentido.
Brian Tracy define y explica las bondades de esta forma de afrontar las tareas en su famoso libro ¡Trágese ese sapo!. Elegir la tarea más difícil primero puede tener sus ventajas, como la que he comentado antes de poseer una mayor energía para afrontar la mayor dificultad de la tarea. Una vez que la acabas—si lo haces—te genera la sensación de haberte quitado de encima la tarea más dura. Resulta muy útil para evitar la procrastinación al obligarte a hacer lo más difícil primero.
Por el contrario, también tiene sus desventajas. Si la tarea es demasiado difícil, la energía consumida es tal que cuando la acabas, continuar con las demás tareas más pequeñas se hace incluso más duro; o peor todavía, si la tarea más dura es muy larga o tediosa, corres el peligro de no dejar tiempo suficiente para las demás tareas a no ser que decidas dejarla a medias.
En muchas ocasiones nos encontramos en la situación de decidir por dónde empezar. Solo esta decisión abruma, ya que no podemos discernir qué es lo mejor en cada caso.
Empezar por la tarea más fácil
Al contrario de lo aceptado comúnmente, empezar por la tarea más fácil o corta genera múltiples ventajas. Hyatt lo expone perfectamente en este artículo. Habla de esta práctica para proyectos complejos en los que se tienen que completar muchas tareas. También es aplicable a las tareas cotidianas, personales o familiares.
En primer lugar, la sensación de avance conforme vas terminando tareas es magnífica, sea cual sea la dificultad. Genera un alto grado de fluidez y la sensación de que todo va hacia adelante correctamente y sin mayor esfuerzo. Estas pequeñas recompensas te motivan a seguir adelante. Es lo que yo llamo empezar ganando. Una de mis rutinas preferidas, antes de cualquier otra cosa, es avanzar en una pequeña o mediana tarea, antes incluso de abrir mi correo electrónico y empezar a procesarlo. De esta manera, empiezo ganando cada día. He avanzado algo y me crea la sensación de que estoy siendo productivo.
Por otra parte, si empiezas con la tarea más sencilla, no tienes en mente las demás tareas que tienes por delante porque tu cerebro las mantiene como más difíciles y eso es lo que no quiere hacer. El cerebro prefiere realizar las tareas que menos energía requieren, las más fáciles. Cuando estás realizando una tarea y sabes que tienes un par de ellas pendientes que son más fáciles, tiendes a pensar en estas últimas y tu concentración disminuye. Esto también puede tener una contrapartida. Debes controlar la tendencia a procrastinar demasiado solo eligiendo tareas fáciles y rápidas y olvidando todo lo demás. El fin de elegir lo más fácil primero es darte un empujón para coger la velocidad adecuada y poder enfrentarte a tu día a día con determinación.
«No utilices las tareas fáciles para procrastinar».
Normalmente, suelo acabar con las tareas más fáciles más rápido de lo que puede parecer y de este modo tengo el resto de la jornada para dedicarme a la tarea más dura —The Big Rock—, parafraseando a Covey. Siguiendo el método de empezar por la tarea más fácil, he conseguido acabar más tareas con menos esfuerzo y con la sensación de haber podido cumplir con lo que me marcaba día tras día. Cuando empezaba con la tarea más difícil, en muchas ocasiones me llevaba toda mi jornada y no me dejaba tiempo para avanzar en otras tareas. Seguiré este método porque es con el que, de momento, estoy logrando una mayor productividad.
La elección de una u otra dependerá de muchos factores. En muchas ocasiones dedicar el día a solo una gran tarea, esa que te va a llevar tiempo y que requiere de mucha concentración es lo más adecuado. Dedicarse a solo una cosa es lo mejor que puedes hacer por ti y por tu productividad personal.
Piensa por un momento qué tareas eliges primero cuando tienes varias disponibles. Prueba a empezar por la más fácil y me cuentas cómo ha ido la experiencia.
Un abrazo,
Carlos
REFLEXIONAR
Mientras comía a un lado del camino, Lieh-tzu vio una vieja calavera. La tomó de entre los hierbajos, la contempló y dijo: «Sólo tu y yo sabemos que no existe algo parecido a la muerte, ni algo parecido a la vida».
El segundo libro del TAO de Stephen Mitchell.
PROFUNDIZAR
Covey, S. R. (1989). Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Simon & Schuster.
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Te invito a elegir primero la tarea más pequeña, más fácil o más corta antes de ponerte con las más difíciles. Pruébalo.
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El Metodo Slow es una publicación sencilla para leer tranquilamente. Está escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida. Son pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor. Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Pequeños conceptos pero muy valiosos. Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada.
Cero ruido.
Menos es más.