Este texto surgió en mi cabeza hace más de tres años. Estábamos volviendo en coche mi mujer y yo tras haber tenido, el día anterior, la inmensa fortuna de haber podido comer en el mejor restaurante del mundo: El Celler de Can Roca.
Nos encanta vivir experiencias gastronómicas únicas y diferentes. Nos encanta ir a sitios donde comer es un auténtico placer y también nos gusta compartir esa experiencia con amigos. No encuentro mejor forma de invertir mi dinero. Prefiero las experiencias a las cosas, y esta lo fue, in duda alguna.
Más allá de la experiencia en sí, a lo que estaba dándole vueltas mientras conducía de vuelta a casa es en cómo se puede llegar a ser el mejor de mundo en algo. Y más aún serlo entre los más de ocho mil millones de personas que hay en la tierra1. Dejando a un lado que los reconocimientos de ser el mejor en algo tan subjetivo como la gastronomía a veces son igualmente subjetivos, el nivel y la calidad son indiscutibles en este caso.
Me cuestionaba lo siguiente: ¿Qué hay que hacer para ser el mejor en algo? ¿Qué características debe tener alguien al que se considera el mejor? ¿Qué probabilidades hay de llegar a serlo aunque te esfuerces al máximo? ¿Merece la pena el esfuerzo? ¿Es solo vanidad?
Estoy seguro de que no hay una respuesta única para esto. El llegar a ser el mejor del planeta en algo requiere de cualidades, trabajo, pasión, preparación, trabajo, suerte, trabajo, estudio, entrega, trabajo. Sin hincar codos, sin remangarse la camisa todos los días, los considerados como mejores del mundo en algo no habrían llegado a nada. Hay personas que tienen cualidades innatas para algo, pero sin el trabajo y la dedicación necesarias nunca llegarán a ese estatus. Anders Ericcson llegó a la conclusión de que se necesitan 10 años o 10.000 horas de práctica deliberada y enfoque para llegar a ser el mejor en algo2. Pero hace énfasis en que la calidad de la práctica está por encima de la cantidad. Si haces las cosas mal, por mucho que las repitas seguirán estando mal.
Esto se aplica entre otras muchas disciplinas, como en el deporte o en la música, donde la práctica bien estructurada (entrenamiento organizado) ayuda a alcanzar altos niveles de desempeño.
Las personas no se elevan al nivel de sus expectativas, sino que caen al nivel de su entrenamiento.
- Anders Ericcson.
Esto puede dar lugar también a un tipo de presión desmedida por ser el mejor. Esta autoexigencia puede hacer que el estrés perjudique seriamente la práctica y no se consigan los resultados esperados. La línea entre el alto rendimiento de calidad y el estrés puede ser muy fina y por eso las personas con un desempeño sobresaliente también tienen que trabajar la parte mental. No obstante, y a pesar de todo el esfuerzo y dedicación a una disciplina es bastante probable que no se llegue nunca a ser el mejor. Intentar ser el mejor o uno de los mejores entre miles de millones, conlleva tener una mentalidad de hierro para hacer frente a todas las piedras que te van a surgir en el camino.
La mentalidad de alguien que quiere ser el mejor es clara: debe ser ambicioso, inconformista, pasional, disciplinado, enfocado al objetivo y sobre todo, resiliente.
¿Qué lleva a alguien querer ser el mejor? Podríamos hablar del deseo de superación personal, del querer buscar la excelencia, de intentar encontrar los límites... Ya lo dice la frase: Si quieres llegar a la luna, apunta a las estrellas. Otra motivación es la llamada motivación por comparación que nos puede disparar ese deseo de mejorar3. Como por ejemplo, ese amigo que entrena más que tú, y por tanto mejora más que tú. Puede ser algo muy positivo pero puede ser frustrante según como lo enfoques.
El Método Slow es una publicación para leer tranquilamente. Sin prisa. Todas las semanas tu dosis de productividad y desarrollo personal. Solo valor. Cero ruido.
Soy el mejor del mundo
Qué afirmación tan pretenciosa. Que yo sepa no soy ni he sido el mejor del mundo en algo. Además, creo que no necesito ser validado como el mejor en nada. No digo que no sea un objetivo lícito pero personalmente nunca he tenido esa mentalidad de intentar serlo. Aunque esto no es del todo cierto.
Entendemos como ser el mejor del mundo a alguien o a un grupo de personas que destacan en su disciplina por encima de cualquier otro ser humano de la tierra. Este reconocimiento es algo externo. Ese a mi me reconocen como, implica que esa validación de la que hablaba antes esté generada por percepciones de otros hacia ti y, aunque tu también te lo consideres, ese título se te otorga.
Podemos cambiar ese punto de vista para hacerlo desde el interior. Cuando yo quiero ser el mejor del planeta o digo que soy el mejor desde el interior, quiero decir que quiero ser el mejor para mi mismo. Mi intención es intentar ser mi mejor versión como profesional, como padre, como marido, como amigo, como ser humano. Esto no supone una obsesión, no es fácil y cometo errores continuamente, eso me da nuevos caminos para seguir mejorando. Me centro en quererme y cuidarme física, mental, intelectual, espiritual y socialmente. Una persona que se valida desde el interior no necesita ser nombrado como mejor en nada, lo es. Sea como sea.
Ser el mejor del mundo es sencillo, pero no fácil:
Vive mas lento.
Reduce tus necesidades.
Lee.
Cuídate física y mentalmente.
Amplia tu visión del mundo.
Sé respetuoso y amable.
Enseña lo anterior a los que te rodean.
En bastantes ocasiones, me paro a pensar en cómo puedo hacer las cosas mejor. Y ese simple hecho, el de parar y pensar, me ayuda a tener claro mi objetivo. En lo profesional trabajo cada día por ser la mejor versión de mi para mi. En lo personal vivo para disfrutar de las oportunidades que me da la vida para desarrollarme como persona. Todo con un único objetivo, sentirme bien conmigo mismo y llegar a la caja de pino pensando en que he sido el mejor del mundo.
Un abrazo.
Carlos.
REFLEXIONAR
PROFUNDIZAR
Ericsson, K. A., & Pool, R. (2017). Número uno: Secretos para ser el mejor en lo que nos propongamos. Conecta.
POR SI TE LO PERDISTE
MICROHÁBITO DE LA SEMANA
Anota una cosa en la que quieres mejorar. ¿Qué puedes hacer esta semana para avanzar? Por poco que sea ya habrás empezado el camino.
PARA ESCUCHAR
Para mi, el mejor grupo del mundo.
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Escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida.
Pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor.
Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Para eso cada texto está escrito intentando condensar el mensaje en pocas líneas.
Pequeños conceptos pero muy valiosos.
Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré al final de cada publicación teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada. Cero ruido. Menos es más.
En la búsqueda del dato real me topé con esta página que da estadísticas a tiempo real. parece tener enlaces bastante fiables y los datos que arroja son bastante coherentes a lo que se publica.
Ericsson, K. A., Krampe, R. T., & Tesch-Römer, C. (1993). The role of deliberate practice in the acquisition of expert performance. Psychological Review, 100(3), 363–406. https://doi.org/10.1037/0033-295X.100.3.363
Si te interesa el tema, he encontrado este estudio al respecto. Solo he leído la conclusión pero parece bastante interesante: Van de Ven, N., Zeelenberg, M., & Pieters, R. (2011). Appraising envy: Benign envy motivates self-improvement, whereas malicious envy motivates competition. Personality and Social Psychology Bulletin, 37(6), 784–795. https://doi.org/10.1177/0146167211400421.