Me acabo de sentar de nuevo en mi mesa de trabajo, en la buhardilla, tras haber cogido un café con leche descafeinado. Hoy teletrabajo, y antes de empezar la jornada, me pongo a escribir. Ha empezado el frío y apetece algo calentito. He cogido los cascos inalámbricos y me he puesto un poco de jazz ligero. A veces me gusta trabajar con algo de música ambiental; me hace aislarme un poco y me ayuda a estar más enfocado para ciertas tareas.
Coloco mi café a un lado, la libreta al otro, e intento eliminar de mi vista lo que no está en su sitio. Lo que hago es crear la atmósfera adecuada para poder concentrarme y estar lo más relajado posible. Siento esa sensación de tranquilidad que me gusta.
En casa es más fácil: no hay nadie, no oigo ruido y puedo ganar ese punto de foco. En la oficina suele ser algo más difícil, pero siguiendo el mismo ritual lo suelo conseguir. Desactivo las notificaciones de Teams (las del móvil llevan años inactivas), cierro el correo, doy un sorbo al café calentito y me pongo a trabajar.
La luz es tenue, suficiente para poder ver con claridad. Es luz natural; afortunadamente, puedo ver a través de la puerta de la buhardilla los Montes Negros (Monegros). Es el ambiente adecuado para propiciar que mi rendimiento y mi concentración sean totales. Me encanta la sensación que me transmite ese orden.
El orden físico
Cuando creas el ambiente adecuado, todo es más fácil. El desorden a tu alrededor genera caos en tu mente. Según este estudio1, las personas que describen su hogar como caótico o desordenado tienden a mostrar niveles más altos de cortisol y patrones de humor negativos. Y a mí me pasa. Un espacio ordenado, casi de fotografía, me invita a la relajación y a la concentración.
Cada semana, durante mi rutina de revisión semanal, ordeno todos los papeles, documentos, objetos y demás cosas que he podido acumular en mi mesa para dejarla limpia y organizada. Soy seguidor de la filosofía minimalista, como podéis comprobar en este espacio, donde intento que solo permanezca lo esencial, sin ruido. No solo en lo físico, sino también en lo mental. Es algo en lo que llevo trabajando interiormente mucho tiempo.
Hago lo mismo en la mesa de mi oficina en casa. El orden crea paz y favorece la concentración. No lo subestimes. A mis hijos siempre les digo: «Antes de ponerte con la tarea, despeja tu mesa». Es lo principal.
El orden digital
Algo que instauré en mi rutina de productividad y concentración hace años es tener mis espacios digitales ordenados. En primer lugar y más importante, el escritorio del ordenador. Nada de decenas de archivos y accesos directos a la vista. Intento que mi pantalla esté lo más limpia, simple y sencilla posible. Al igual intento que todo en el interior esté lo más ordenado posible. Con esto consigo:
Crear una sensación de control.
Estar mas relajado y enfocado en lo que realmente importa.
Encontrar todo mucho más rápido; con lo que las tareas me llevan menos tiempo.
El orden mental
El día a día, las obligaciones, las preocupaciones innecesarias, los contratiempos, las necesidades autoimpuestas y las responsabilidades hacen que tu mundo mental esté continuamente a prueba. Es al que menos atención le damos y, a su vez, el más delicado.
Ahora que llegan las vacaciones navideñas, es un buen momento para parar y ordenar tus ideas. Yo lo hago periódicamente, como ya os conté en una newsletter anterior con un ayuno mental, pero también hago pausas mentales periódicas en las que dedico uno o dos días a reflexionar sobre dónde estoy y a dónde quiero llegar. Reflexiono sobre cómo lo estoy haciendo, qué tengo que eliminar y si hay algo que quiero incorporar. Es un ejercicio fantástico, y lo recomiendo encarecidamente. Solo necesitas una libreta, un bolígrafo y crear algo de tiempo para ti.
El desorden no es malo del todo
También he conocido a personas que a priori se ven muy desordenadas. Tienen infinidad de papeles por todas partes, su escritorio del ordenador es un caos, no tienen una organización aparente pero se sienten cómodos en esa situación. Hay estudios que indican que algo de desorden puede favorecer la creatividad2. No seré yo quién lo niegue pero en un entorno desordenado de manera continua finalmente acabas sucumbiendo a ese desorden.
En definitiva encontrar tu sitio y tu orden adecuado va a sumar en tu rendimiento, en tu paz interior y en tu productividad.
Un abrazo.
Carlos
REFLEXIONAR
PROFUNDIZAR
Clear, J. (2018). Atomic Habits: An Easy & Proven Way to Build Good Habits & Break Bad Ones. New York: Avery.
POR SI TE LO PERDISTE
MICROHÁBITO DE LA SEMANA
Durante esta semana , cada día, dedica 5 minutos a dejar ordenado tu escritorio para el día siguiente. Intenta mantenerlo todos los días.
PARA ESCUCHAR
Me gusta escuchar Jazz mientras trabajo. Crea una atmósfera de concentración que me funciona muy bien. Esta lista me encanta.
El Método Slow es una ‘newsletter’ sencilla para leer tranquilamente. Sin agobios, sin prisa. Escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida. Pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor.
Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Para eso cada texto está escrito intentando condensar el mensaje en pocas líneas. Pequeños conceptos pero muy valiosos.
Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré al final de cada publicación teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada. Cero ruido. Menos es más
Saxbe, D. E. y Repetti, R. L. (2010). No Place Like Home: Home Tours Correlate with Daily Patterns of Mood and Cortisol. Personality and Social Psychology Bulletin, 36(1), 71-81. Doi: 10.1177/0146167209352864.
Vohs, K. D., Redden, J. P. y Rahinel, R. (2013). Physical Order Produces Healthy Choices, Generosity, and Conventionality, Whereas Disorder Produces Creativity. Psychological Science, 24(9), 1860-1867. Doi: 10.1177/0956797613480186