Cómo prepararse mentalmente para las vacaciones
Mi rutina para empezar las vacaciones relajado y sin estrés.
Llega uno de los momentos más esperados por muchos. Las vacaciones de verano; ese tiempo para el descanso tras un año de trabajo duro. Unos momentos para la desconexión, para recargar energía y pasar más tiempo con los que más quieres. Una época para viajar sin preocupaciones laborales o disfrutar del tiempo libre tumbado en la playa o paseando por la montaña. Pero, en ocasiones, las cosas no salen como nos gustaría.
Todo es felicidad y relajación o, al menos, todos pensamos que así debería ser. En cambio, en ocasiones, estos días son diferentes a lo que deseas. Te sientes raro, ansioso, tenso e incluso apático. Los primeros días estas desubicado y nervioso. Te preguntas cómo puede ser que estando de vacaciones, con todo el tiempo libre para mí, te encuentres así. Estás de vacaciones, deberías sentirte bien, ¿no?
La respuesta está en la inercia vital. Sometes a tu cuerpo y a tu mente a un nivel de estrés muy por encima de tus posibilidades durante todo el año y no desaparece por arte de magia el primer día de vacaciones. Has acostumbrado a tu cuerpo a trabajar día tras día con el piloto automático y revertir esa velocidad de vida no se consigue fácilmente.
Y te frustras y te preguntas porqué.
La clave: planificar el descanso
Debes aprender a desacelerar y a disfrutar de vacaciones, lo mereces. Es una época que implica cambiar de modo de vida por unos días. Y eso, en ocasiones, no resulta fácil ni cómodo. Este tiempo de meditación, de relajación y de detener tu rutina es tan necesario que prepararse para ello debería formar parte de un estilo de vida sano.
Estamos acostumbrados a vivir desmesuradamente. Vamos a mil por la vida. No nos permitimos un descanso; no dejamos de pensar ni por un segundo y llenamos cada hueco de nuestra existencia como si tuviéramos que estar haciendo algo en todo momento. Parar nos da miedo. Nos sentimos incómodos si no hacemos nada y todo como consecuencia del alto nivel de estrés al que hemos habituado a nuestro cuerpo.
Afortunadamente, tenemos herramientas para prevenirlo. Pero si no aprendes a usarlas, y lo mas importante: si no empiezas a utilizarlas, no te servirán de nada.
Cómo gestionar la culpa por descansar
Otro de los aspectos importantes es la sensación de culpa que puede aparecer por el simple hecho de tomarte unas vacaciones. Hay personas a las que les resulta muy difícil dejar de trabajar porque interiormente sienten que deberían estar haciendo algo. Que si paran dejan de ser productivos, que las cosas se van a descontrolar o hasta que son unos vagos. Este sentimiento suele ser muy potente y debes explorar por qué te ocurre eso, por qué te sientes culpable y si ese sentimiento es real.
El descanso es la parte fundamental de la productividad personal. Sin descanso no se puede rendir. El descanso es necesario y debe ser obligatorio. Por eso debes atar todos los cabos que queden sueltos para poder disfrutar de esos días con calma. El trabajo va a estar allí esperándote para cogerlo con fuerzas renovadas cuando regreses.
Mi rutina pre-vacacional
Desde hace muchos años vengo implementando una serie de rutinas para preparar mi cuerpo y mi mente para disfrutar de las vacaciones profundamente. Quiero compartirlas contigo porque es algo que hará que sientas este tiempo de ocio de otra manera y que lo aproveches como mereces. Mi rutina empieza un mes antes. El secreto es tomarte unas vacaciones mentales durante los treinta días previos. Limpiar la mente antes de afrontar las vacaciones. Para ello:
No comiences proyectos nuevos. Ni personales ni, si es posible, profesionales. No es momento de estar pendiente de nuevos retos y de tener la cabeza ocupada. Todo lo contario. Queremos ir desacelerando poco a poco para que cuando llegue el día sea muy fácil desconectar.
Cierra temas pendientes. Sobre todo, mentales. Coge una libreta y anota todo lo que te ocupa y preocupa. Encuentra una solución o simplemente déjalo ir. Si practicas journaling, hazlo durante ese momento. Ata cabos sueltos. Identifica todo aquello en lo que no puedes dejar de pensar y haz algo con ello. Si no puedes acabar con ese tema en este momento, déjalo aparcado. No continúes intentando encontrar una solución. Elimina cualquier tipo de actividad que te suponga tener que estar mentalmente pendiente.
Empieza poco a poco a cambiar tus rutinas para adaptarlas a las de tus próximas vacaciones. Comienza a tomarte más tiempo para otras actividades de ocio.
Cada día, tómate un momento para no hacer nada. Dedica 5 minutos a estar en quietud de manera consciente para que tu mente se vaya acostumbrando a este estado. (Te recomiendo que lo implementes durante todo el año).
Haz mini-retiros digitales antes de las vacaciones. Empieza poco a poco a dedicar menos tiempo a las pantallas. Deja de lado las redes sociales, prensa y demás fuentes de información innecesaria. Hace tiempo que decidí no leer la prensa y he desinstalado cualquier tipo de red social de mi teléfono (excepto Substack). Aunque no era muy activo en ellas, he instaurado el hábito de permanecer más enfocado eliminando ruido innecesario. Es francamente liberador.
No entres en conflictos, aunque sea algo que en ese momento consideres necesario. Se imperturbable. Prioriza la serenidad frente a la excitación. Ve llevando tu cuerpo y tu mente poco a poco a un estado de calma.
Disminuye la velocidad de tus acciones. Camina más lento, habla más lento, muévete más lento, lee más lento... Obliga a tu cuerpo a desacelerar. Tú pones el ritmo al que quieres vivir. Al principio será duro. Recuerda esa inercia vital que comentaba al principio. El cuerpo y la mente son sabios e irán frenando al ritmo del compás que tú les marques.
Visualiza cómo te quieres sentir y qué debes hacer para conseguirlo. La visualización es una técnica muy potente de motivación y preparación ante diversos acontecimientos. Las personas que necesitan un alto grado de concentración para desempeñar su profesión, como algunos deportistas profesionales, utilizan esta técnica para entrenar su mente ante lo que puede ocurrir y ver de ante mano qué necesitan hacer y cómo necesitan desenvolverse ante las mismas.
Pero el mejor consejo que te puedo dar para poder desacelerar es no acelerar demasiado durante el resto del año. Permanecer en niveles de estrés tolerables y fácilmente reversibles. Cambia rutinas, establece nuevos hábitos, aprende a organizarte eficientemente, haz deporte… Trabaja para que esto sea una realidad. Es un trabajo duro, pero altamente satisfactorio.
¿Cómo sueles prepararte mentalmente para tus vacaciones? Responde a este email o déjamelo en los comentario.
Te deseo una muy calmadas y refrescantes vacaciones.
Un abrazo,
Carlos.
REFLEXIONAR
«Casi todo vuelve a funcionar si lo desconectas por unos minutos, incluyéndote a ti».
— Anne Lamott.
POR SI TE LO PERDISTE
MICRO-HÁBITO DE LA SEMANA
Hazte estas tres preguntas:
¿Qué descubrí sobre mí durante este descanso?
¿Qué quiero mantener de este ritmo?
¿Qué me está costando retomar y por qué?
PARA ESCUCHAR
Un tema que me esta volviendo loco últimamente:
Y si quieres leer las ediciones anteriores puedes hacerlo descargándote la app aquí.
El Metodo Slow es una ‘newsletter’ sencilla para leer tranquilamente. Está escrita desde mi cabeza y mi corazón para aportar valor a tu vida. Son pequeñas píldoras semanales sobre todo lo que he aprendido y lo que he sigo aprendiendo para lograr una vida mejor. Un complemento a lo que escribo en el blog para que lo consumas con calma. Quiero que te aporte valor. Pequeños conceptos pero muy valiosos. Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada.
Cero ruido.
Menos es más.