Hoy he escrito en mis notas, durante mi espacio de journaling, que he descansado estupendamente. Ayer hice ejercicio, cené ligero y bebí mucha agua. No toqué el móvil por la noche como es habitual. Leí un rato y me eché a dormir relativamente pronto, como siempre. Algo tan simple como esto hace que descanse de maravilla. Es tan fácil que parece mentira que no lo cumpla todo el mundo.
Una de las primeras cosas que interioricé cuando empecé a estudiar la productividad personal es que tenía que intentar descansar lo mejor posible cada día para poder superar cualquier situación que me viniese encima. Y lo sigo haciendo. A veces no es fácil por el ritmo de vida que llevamos, pero lo tomé como una prioridad. Intento descansar no solo por la noche sino también eliminando actividades innecesarias, haciendo menos cosas y no saturando mi capacidad día tras día, semana tras semana.
No descansar adecuadamente repercute en nuestro rendimiento físico e intelectual diario. Seguro que lo has notado. Y si eres padre o madre de niños pequeños, más.
La falta de un descanso adecuado hace hace que seas menos productivo, menos creativo y menos resistente. Disminuye la concentración y empeora la toma de decisiones. ¿Lo has notado alguna vez? Seguro que sí.
El Método Slow es una publicación para leer tranquilamente. Sin agobios.
Todas las semanas tu dosis de productividad y desarrollo personal. Solo valor. Cero ruido.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado como epidemia la pérdida de sueño en las naciones más industrializadas. 1
Por eso hay que darle la importancia que se merece al descanso. Mensajes como ya descansaré cuando esté muerto no son muy adecuados porque a lo mejor ocurre antes de lo que debería.
El concepto, tan erróneo, de trabajar hasta desfallecer produce una incapacidad total para relajarse y para descansar. En psicología lo llaman: aversión a la pereza como nos indica Oliver Burkeman.2
Por eso no hay que caer en la trampa de la productividad total y sin descanso. Va en contra de lo que queremos conseguir.
Si quieres ser más feliz debes ser productivo cuando debes serlo, y el resto del tiempo dedícalo al ocio puro y duro sin la necesidad de que ese tiempo se justifique para algún fin. Esa es la autentica productividad.
Cuando era (más) joven no era consciente de la importancia de dedicar tiempo al ocio y al descanso. El cuerpo lo aguantaba todo. Esta importancia cobra más fuerza si cabe en los niños y jóvenes. Un descanso adecuado es fundamental para su desarrollo. Si esa falta de descanso es continuada va a mermar la capacidad de disfrutar de cada día e incluso puede dar lugar a problemas más graves.
RECUPERAR LA ENERGÍA
La tecnología y el estilo de vida moderno pueden interferir con los patrones naturales de sueño, pero podemos hacer algo para evitarlo.
Revisa tus hábitos de descanso y descubre en qué estás fallando. ¿Vas a dormir demasiado tarde viendo la tele? ¿Tomas alcohol antes de dormir? ¿Lo último que haces antes de acostarte es mirar el móvil? ¿Haces el suficiente ejercicio? ¿Tomas demasiada cafeína? ¿Tu estilo de vida y de trabajo no es el adecuado? ¿No te permites ni un segundo desconexión a lo largo del día? No es tan difícil como parece.
Prueba a cambiar alguno de estos hábitos y comprueba tu nivel de descanso.
Déjame sugerirte algunos hábitos sobradamente sabidos, pero que no mucha gente cumple:
Apaga el móvil al menos dos horas antes de irte a dormir. Hace tiempo que lo hago, y créeme, conciliarás mucho mejor el sueño.3
Limita o elimina tu consumo de cafeína4 (yo prácticamente lo he eliminado).
No beber alcohol antes de acostarse5; o nunca.
Lee unas páginas de un libro ligero antes de ir a la cama o cuando ya estés en ella. Aunque no tengo problemas en conciliar el sueño, he notado que duermo mejor.6
Mantén unos horarios lo más regulares que puedas. Y cúmplelo. Siempre.
Desacelera tu día a día. Revisa en qué estás y elimina actividades. Además, oblígate a hacer las cosas más despacio. Acostúmbrate a tomarte tu tiempo para todo.
Cambia la mentalidad. ¿Cómo se hace? Buena pregunta. Quizá esto sea lo más difícil. La aversión al cambio del ser humano lo hace todavía más complicado pero con buen trabajo interior lo lograrás.
Elimina cosas, tareas auto impuestas, obligaciones, gente —en el sentido de separarte de gente que no te hace bien (No lo tomes por otro camino, no la vayamos a liar). Limpia tu vida. Tu mente te lo agradecerá.
Estas son algunas estrategias que puedes seguir. En ocasiones, el estrés por las diferentes situaciones diarias nos dificulta el sueño. Está bien, no pasa nada porque no se duermas una noche, o dos. Bien lo sabemos los que somos padres. Volver a recuperar esos patrones depende de nosotros y de nuestros hábitos.
Una parte fundamental para lograr un rendimiento óptimo es lograr el equilibrio entre la parte física, mental y espiritual, trabajando y cuidando cada aspecto por separado para lograr vivir con la mayor pasión y energía posibles. Es un trabajo holístico.
Descanso, alimentación, cuidado físico, entrenamiento mental, hábitos y organización personal se postulan como los hábitos imprescindibles para lograr el bienestar y disfrute máximos.
El primer paso para crecer es descansar.
Un fuerte abrazo.
Carlos.
REFLEXIONAR
«Las deficiencias físicas y mentales causadas por una noche de mal sueño son muy superiores a las causadas por una ausencia equivalente de comida o ejercicio.»
- Matthew Walker en Por qué dormimos.
PROFUNDIZAR
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El libro: Por qué dormimos de Matthew Walker, pHD.
MICROHÁBITO DE LA SEMANA
Apaga el móvil al menos dos horas antes de dormir.
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Además, he seleccionado cuidadosamente los recursos que te propondré al final de cada publicación teniendo en cuenta la calidad y el grado de valor. No me gusta perder el tiempo con cosas que no aportan nada. Cero ruido. Menos es más.
Sleepless in America, National Geographic, http://channel.nationalgeographic.com/slepless-in-america/episode/sleepless-in-america
Cuatro mil semanas: Gestión de tiempo para mortales de Oliver Burkeman, página 144.
En cuanto a este punto, todo indica que leer algo ligero y de ficción, preferiblemente en formato físico y que no implique una necesidad de comprensión, mejora la conciliación. Incluso no leer antes de dormir para no estimular el cerebro en exceso podría ser una buena opción para según que personas.